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Me quería boicotear
“Amo volver a leerte cada día.”
Eso me lo escribió hace unos días esta Alexandra, lectora de esta newsletter.
Resulta que Gmail me quería boicotear.
Y estaban enviando algunos de mis emails al buzón de spam.
Pero no contaban con que mis emails tienen una especie de conjuro que hace que mis queridos lectores los busquen hasta en los lugares más remotos.
Ese, mi querido amigo, es el poder de la persuasión vía email.
Mira, mi newsletter es mi activo más valioso.
De hecho, es infinitamente más pequeña que mi página de Facebook más famosa (El Librero de Gutenberg)… pero es cientos de miles de veces más redituable.
“¿Cómo es eso?” quizá te estés preguntando.
Sí.
Si tuviera que elegir entre mi lista y mi página de Facebook, escogería mi lista, sin dudarlo ni un segundo.
Eso es porque los emails son mucho más poderosos que cualquier red social a la hora de generar lazos con tu audiencia.
Esto es por varias razones:
1. Distinto canal mental.
Cuando tu público está en las redes sociales usualmente lo hace en un “canal mental” distinto. Ese “canal mental” es el del ocio. (¿O no? Entras en Facebook o Instagram y… 50 reels después… “¿oh cómo fue qué me volvieron a enganchar estos miserables hdp?”)
Eso no sucede cuando estás en el email (bueeeno, excepto con estos emails, ¿verdad? ¿VERDAD? 🤨).
Cuando estás viendo tu correo lo que suele suceder es que estás entrando por alguna razón de trabajo…
…o porque te registraste en un sitio web y te van a enviar tu contraseña…
…o porque diste tu correo a algún marketer para que te bombardee de spam te entregue algo de “valor” todos los días.
Por lo que si haces emails que entretengan, diviertan, inspiren, y demás… vas a romperla en este canal.
¿Por qué?
Por el principio del… redobles de tambor 🥁🥁🥁… contraste.
2. Como vimos antes, también generas autoridad 🫡
Bueno… esto sólo sucede cuando tus emails tienen sustancia y contenido valioso.
Si sólo haces emails promocionales… jamás vas a generar autoridad.
Ahora, esto no significa que no hagas ofertas.
Tus ofertas también generan autoridad porque hacen que tu público vea que tienes algo más allá de la superficie.
Saben que pueden profundizar en el tema contigo.
PERO…
Tus emails no sólo deben entregar contenido educativo.
Vamos, que nadie quiere que le den cátedra vía email… 😴
O sea, tienes que entregar valor, pero también hacerlo divertido.
Y eso nos lleva al tercer punto:
3. Conexión (principio de gusto y afinidad)
Si tus emails entretienen, inspiran, divierten, entonces generas una conexión con tu público.
Empiezas a caerles bien.
Empiezan a sentir una conexión contigo (👀 ¿o no?)
Y a través de la repetición (sí, otro principio persuasivo), generas:
4. Familiaridad.
Y la familiaridad genera confianza.
Entre más veces ves a alguien, más cercanía hay con esa persona (con excepciones de los vecinos hdp que ponen la música a todo volumen a las 3 de la mañana… ehh, me estoy desviando del tema)
Piensa lo siguiente:
Cuando vas a comprarle a alguien… ¿a quién prefieres?
¿A alguien que no conoces?
¿O a alguien que has visto una y otra vez?
Si confías en esa persona, si la has visto muchas veces, si te cae bien, si sabes que es un experto en el tema, si además es entretenido… la respuesta es bastante simple, ¿cierto?
Y casi, casi te puedo escuchar diciendo:
“Entonces, ¿por qué los marketers y emprendedores siguen escribiendo emails de pura promoción?”
🤷♂️
Tengo mis teorías, pero… lo dejaré para otro email (principio de curiosidad 😉).
Mientras tanto, si quieres aprender cómo escribo estos emails, puedes empezar con “Los Emails Dorados”.
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¿Trato hecho?
Te espero,
Esteban Constante aka Midas 👑
P.D. Ah… en la madre… 🤦♂️ casi se me olvida el enlace: https://midas.thrivecart.com/los-emails-dorados/
P.D.2 Por eso hay que darle una leída al email antes de enviarlo
P.D.3. Jajaja, acabo de darme cuenta que casi hice una tesis doctoral con el tamaño de este email.